sábado, 14 de septiembre de 2013

Espejos


No me preguntéis el por qué, pero esta tarde me he encontrado reflexionando sobre lo que es un maestro y lo que representa. 

Si nos quedamos con la definición académica de la palabra podríamos decir que maestro es la persona que enseña una ciencia, arte u oficio, o tiene título para hacerlo. Pero yo creo que va más allá de una mera transmisión del conocimiento. 

Si nos fijamos en las distintas disciplinas artísticas, la música, la pintura, la escultura, la fotografía o incluso las artes marciales, podremos observar que los alumnos son el espejo del maestro. Esto es, generación tras generación, en el alumno se reconocerá al maestro, la escuela de la que viene. Tal vez sea una nota tocada de una forma extraña, los trazos delicados del pincel, la forma de usar la luz o la extraña postura de una mano. Pero al final,  por muchos años que pasen, en los pequeños detalles podremos encontrar a aquel primer maestro. 

Este es un hecho que hace años, cuando comencé a practicar Tai Chi Chuan no entendía. Cuando mi maestra, la Shimoo, así nos lo explicaba, aquellos días, en los que comparaba al maestro con un padre. Hoy, pasados los años, lo veo cada vez más claro. De igual manera que los hijos acaban pareciéndose a los padres, los alumnos acaban pareciéndose al maestro. Así, el uno, se convierte en espejo del otro.

Si bien es cierto que cada alumno incorporará su propia identidad al arte que practique, parte de la personalidad del maestro también lo impregnará. Del maestro ambicioso y orgulloso, surgirán, artistas ambiciosos y orgullosos, y del maestro humilde, nacerán, artistas humildes. Así, muchas veces, la decepción de un maestro con el alumno viene de reconocer los propios defectos en él. ¿Qué hacer entonces? Avanzar. Avanzar hacia la aceptación del propio defecto para superarlo, como el borracho que reconoce que lo es, para dejar de serlo. En definitiva, como el borracho, cada uno de nosotros tenemos en nuestra mano la llave de la puerta que nos deje avanzar. Lo único que tenemos que hacer es abrir los ojos a aquello que muchas veces no queremos ver, para darnos cuenta que, la llave está en nuestra posesión, y que está en nuestra elección usarla y abrir la puerta, o quedarnos encerrados. 


1 comentario:

  1. Es muy interesante esta reflexion.Me hace pensar en mi situacion.Gracias.

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